11 de junio de 2012
ÚLTIMA SESIÓN DE LA TERTULIA
El principito – Antoine de St.
Exupéry
Terminamos la andadura de este
curso 2011/2012 con una obra de la que teníamos muchas ganas de hacer una
tertulia. En lugar de buscar en una biblioteca un lote de ejemplares, quedamos
en adquirir todos la obra (en el caso de que no la tuviéramos ya en nuestra
propia biblioteca particular).
Asistimos casi todos los
habituales, aunque en algún caso les resultó imposible (19 asistentes).
Empezamos a las 17:15 con el
resumen que había preparado (muy bien, por cierto), Naroa.
Naroa: El libro cuenta la historia del Principito, un niño que vive
solo en un planeta muy pequeño. Es feliz, pero un día nace una flor, orgullosa
y mentirosa, que le hace sufrir. Él decide abandonar el planeta y conocer
nuevos amigos y mundos.
En la Tierra conoce al “Aviador”,
y este nos cuenta la historia del Principito.
Al final comprende que su flor no
es tan mala, y echa de menos su pequeño planeta.
El Aviador, al escucharle, olvida
sus preocupaciones de adulto y consigue aceptar sus sueños.
Para volver a su planeta le pide
a una serpiente que le muerda, y así morir.
Maider: La dedicatoria siempre me ha hecho gracia. La lee:
“A Leon Werth:
Pido perdón a los niños por
haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta
persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta
persona mayor es capaz de entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo
una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y
frío. Verdaderamente necesita consuelo. Si todas esas excusas no bastasen, bien
puedo dedicar este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los
mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan).
Corrijo, pues, mi dedicatoria:
A LEON WERTH CUANDO ERA NIÑO”
Me sorprende mucho cómo dedica un libro a una persona mayor como si
fuera niño.
Patricia: No sé. No termino de entender la forma que tiene de
contar la historia.
Antonio: Es pura metáfora. Nos cuenta lo estúpidos que podemos
llegar a ser los adultos desde el punto de vista de un niño. Por ejemplo, el
contable de las estrellas: “…amasando
riquezas”. ¿Para qué? O cuando habla
de la descripción de una casa a base de números, en lugar de una descripción de
sus cualidades.
Maider: La verdad es que lees cosas que no entiendes del todo las
reacciones. Por ejemplo cuando le pide que le dibuje un cordero, y cuando
insiste tanto en los “por qués”. Trata continuamente de “pesados” a los
adultos.
Milena: Lo que más me ha gustado y llamado la atención es cuando
tiene miedo de llegar a la Tierra y no encontrarse con nadie. Es muy hermoso
ese trocito: “…Tenía miedo de
haberse equivocado de planeta,
cuando un anillo de color de luna se revolvió en la arena.” ¡Qué manera de describir la aparición de la
serpiente!
Nekane: Me gustó especialmente la emoción que sintió cuando regó
por última vez la flor y se sintió con ganas de llorar: “…Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo del
fanal, sintió ganas de llorar.
—Adiós —le dijo a la flor. Esta no respondió….”
Estrella: Una pregunta para los más jóvenes de la tertulia. ¿Qué os
parece la relación con la flor y la abundancia de rosas en la Tierra?
Maider: Pues que las rosas no nos preocupan. Parecen tan poca cosa,
de tan poca importancia…
Katiuska: Son reacciones lógicas ante la continua abundancia de
algo. A pesar de la belleza de las flores, hay tal cantidad…
Mertxe: Sorprende la inteligencia del zorro en sus diálogos con el
Principito. Eso de pedirle que le domestique para establecer lazos con él.
Mertxe: En cuanto a la flor, pensaba que su flor era única, pero
después, al ver tantas…
Olga: Él buscaba personas únicas. En principio todas parecen
iguales, pero después, cuando las va tratando… Engaña. El libro tiene siempre
la apariencia de una escritura sencilla, pero conforme lo vas leyendo llegas a
la impresión de que es muy complejo, de que en él se esconden tantas
interpretaciones como lectores.
Cada planeta representa un tipo
diferente.
Maider: El Principito era el único que entendía al Aviador. Así
describe sin complejos sus avances en el dibujo.
Tere: Hace mucho tiempo que lo leí. La primera vez no me gustó.
Ahora encuentro muchas cosas. Reconozco que en la primera lectura no me gustó,
y ahora lo leo y me sigue influyendo esa primera lectura.
(Patricia manifiesta que no termina de pillar el argumento. Surge la polémica
sobre la idoneidad de este libro para su lectura por los niños… ¿Lo pillan? ¿Lo
asimilan? ¿O se trata de un libro para adultos disfrazado de un estilo que da
la impresión de que está escrito para niños?).
Milena: Mi planeta favorito es el nº 7 (la Tierra). Y me gusta
porque tiene mucha gente que convive en él.
Olga: Hay dos páginas que, por lo visto, han aparecido en los
archivos, y no estaban incluidas en el libro. Cuenta una de ellas el encuentro
con una persona; y la otra tiene párrafos inéditos de su diálogo con el zorro.
Estrella: El Principito es una gran metáfora. Es un libro único. No
existe nada semejante. No hay otro libro que esté escrito para niños y para
adultos al mismo tiempo. Y además, en tan pocas páginas y con tanta
profundidad.
Alegría: Yo también lo leí hace mucho tiempo. Lo recordaba más como
la expresión del pensamiento del Principito. Pero además, te vas encontrando a
uno u otro personaje y, lo quieras o no, te ves reflejada. Con una u otra
cualidad o reacción entras, lo quieras o no, en nuevas reflexiones sobre ti
misma. En esta última lectura me he visto más como persona adulta.
Antonio: Cuando habla de las formas de vida aceleradas he pensado
que aquí, en nuestra tierra, se vive de forma más acelerada que en otros lugares. Te vas de vacaciones a
tierras del sur y te encuentras con que la gente vive de otra manera. Salvo
Madrid o las ciudades muy grandes, solo aquí he encontrado semejantes prisas en
las formas de vida.
Se producen diversas intervenciones mostrando opiniones sobre el
ajetreo de la vida, sobre las prisas.
Lorenzo: Allá va una pregunta profunda (como de un kilómetro de
profundidad): Si en el libro dice que establecer vínculos significa estar
domesticado… ¿Estar enamorado/a es estar domesticado?
La pregunta da lugar a un cruce de declaraciones, en el mismo tono de
broma, que se intercambian con otras a caballo entre la seriedad y la reflexión
divertida.
Estrella: Lola era la pareja de A. de St. Exupery. Algunos amigos,
ante la dependencia de ella respecto a él, acusaron al autor de haberla
“domesticado”.
Tere: Pero es todo un dilema. Si no aceptas a tu pareja, la
relación no funciona. No creo que podamos hablar de domesticación.
Mertxe: Cuando estás enamorada no ves defectos en el otro. Lo ves
todo bonito. Luego ya te vas desenamorando.
(La pregunta lanzada por Lorenzo ha generado un largo intercambio de
reflexiones y opiniones sobre el fenómeno del enamoramiento).
Lorenzo: El Principito es un preguntón, y con su insistencia, acaba
siendo un pelmazo.
Alegría: Hay una cosa que me preocupa y os quiero preguntar. Dice
al principio: “…Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de serpientes boas,
ya fueran abiertas o cerradas, y poner más interés en la geografía, la
historia, el cálculo y la gramática. De esta manera a la edad de seis años
abandoné una magnífica carrera de pintor. Había quedado desilusionado por
el fracaso de mis dibujos…”
¿Creéis que los mayores pueden desanimar?
Maider: Supongo que depende de cada uno. Por ejemplo,
mi madre quiere que no monte a caballo. Y yo sí. A mí me gusta mucho…
Patricia: A mí también me da la impresión de que algunas
opiniones tienden a desilusionarte. Yo no he dejado de dibujar.
Katiuska: Tienes razón. Por ejemplo, la danza no tenemos
costumbre de recomendarla a nuestros hijos. Solemos desaconsejarlo.
Tere: El amor materno también influye en muchas cosas
en la relación y en los consejos que damos a nuestros hijos, en la visión que
tenemos de su futuro.
Estrella: Es cierto que queremos dar a nuestros hijos, cuando
son pequeños, aquello que les haga más fácil o exitoso el futuro.
Por cierto, me gustaría comentar que, en las traducciones que se han hecho
del francés, suelen comentar que la palabra más complicada de traducir en este
texto es la que estamos comentando: “domesticar”. En francés es el verbo
“apprivoiser”. Podría también
traducirse, más o menos como “ocuparse
de…”. Pero no existe algo
equivalente, con un sentido etimológico parecido. Es difícil.
Mertxe: (en tono
de broma). Podemos decir que los profesores también están “domesticando” a nuestros hijos.
Este comentario da lugar a una
interesante digresión sobre la herencia y la influencia, y el balance en
nuestras decisiones sobre nuestras vidas. Se comenta lo que pueden influir
padres y profesores (quién más que quién). Mertxe también plantea si puede
haber diferencias generacionales.
Estrella: Yo creo que en lo que más influyeron nuestros
padres (en nuestras generaciones), fue en la actitud ante el trabajo.
Javier: Somos capaces de reconocer influencias que nos
han ido encauzando más o menos. La familia, profesores compañeros, …
Mertxe: Hay más situaciones de influencias malas que
buenas para los niños de hoy.
La tertulia se ha prolongado más que en otras ocasiones. El ambiente es
excelente, tanto entre las personas adultas como entre los niños, y
aprovechando que se trataba de la última sesión, hemos dejado que se prolongara
hasta una hora y media.
Terminamos, nos deseamos un feliz verano, y nos emplazamos para septiembre,
para que todos los que lo deseen, aunque en su mayor parte sean familias cuyos
hijos terminan su estancia en García Galdeano (pasan al instituto), puedan
continuar en un grupo de tertulia que se ha consolidado y ha creado unos lazos
muy fuertes y estables.
Finalizamos con una buena merienda, con la que los padres nos han
sorprendido gratamente a todos.
¡BUEN VERANO! ¡HASTA SEPTIEMBRE!
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