lunes, 18 de junio de 2012

Tertulia literaria: "El principito"


11 de junio de 2012

ÚLTIMA SESIÓN DE LA TERTULIA
El principitoAntoine de St. Exupéry

Terminamos la andadura de este curso 2011/2012 con una obra de la que teníamos muchas ganas de hacer una tertulia. En lugar de buscar en una biblioteca un lote de ejemplares, quedamos en adquirir todos la obra (en el caso de que no la tuviéramos ya en nuestra propia biblioteca particular).
Asistimos casi todos los habituales, aunque en algún caso les resultó imposible (19 asistentes).
Empezamos a las 17:15 con el resumen que había preparado (muy bien, por cierto), Naroa.

Naroa: El libro cuenta la historia del Principito, un niño que vive solo en un planeta muy pequeño. Es feliz, pero un día nace una flor, orgullosa y mentirosa, que le hace sufrir. Él decide abandonar el planeta y conocer nuevos amigos y mundos.
En la Tierra conoce al “Aviador”, y este nos cuenta la historia del Principito.
Va conociendo personajes y va comprendiendo que nadie es perfecto. Todo el mundo tiene defectos.
Al final comprende que su flor no es tan mala, y echa de menos su pequeño planeta.
El Aviador, al escucharle, olvida sus preocupaciones de adulto y consigue aceptar sus sueños.
Para volver a su planeta le pide a una serpiente que le muerda, y así morir.

Maider: La dedicatoria siempre me ha hecho gracia. La lee:
A Leon Werth:
  Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Verdaderamente necesita consuelo. Si todas esas excusas no bastasen, bien puedo dedicar este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan).
Corrijo, pues, mi dedicatoria:
A LEON WERTH CUANDO ERA NIÑO”
Me sorprende mucho cómo dedica un libro a una persona mayor como si fuera niño.
Patricia: No sé. No termino de entender la forma que tiene de contar la historia.
Antonio: Es pura metáfora. Nos cuenta lo estúpidos que podemos llegar a ser los adultos desde el punto de vista de un niño. Por ejemplo, el contable de las estrellas: “…amasando riquezas”. ¿Para qué? O cuando habla de la descripción de una casa a base de números, en lugar de una descripción de sus cualidades.
Maider: La verdad es que lees cosas que no entiendes del todo las reacciones. Por ejemplo cuando le pide que le dibuje un cordero, y cuando insiste tanto en los “por qués”. Trata continuamente de “pesados” a los adultos.
Milena: Lo que más me ha gustado y llamado la atención es cuando tiene miedo de llegar a la Tierra y no encontrarse con nadie. Es muy hermoso ese trocito: “…Tenía miedo de
haberse equivocado de planeta, cuando un anillo de color de luna se revolvió en la arena.” ¡Qué manera de describir la aparición de la serpiente!
Nekane: Me gustó especialmente la emoción que sintió cuando regó por última vez la flor y se sintió con ganas de llorar: “Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo del fanal, sintió ganas de llorar.  —Adiós —le dijo a la flor. Esta no respondió….”
Estrella: Una pregunta para los más jóvenes de la tertulia. ¿Qué os parece la relación con la flor y la abundancia de rosas en la Tierra?
Maider: Pues que las rosas no nos preocupan. Parecen tan poca cosa, de tan poca importancia…
Katiuska: Son reacciones lógicas ante la continua abundancia de algo. A pesar de la belleza de las flores, hay tal cantidad…
Mertxe: Sorprende la inteligencia del zorro en sus diálogos con el Principito. Eso de pedirle que le domestique para establecer lazos con él.
Antonio: Si me domesticas, dice el zorro, seré algo para ti.
Mertxe: En cuanto a la flor, pensaba que su flor era única, pero después, al ver tantas…
Olga: Él buscaba personas únicas. En principio todas parecen iguales, pero después, cuando las va tratando… Engaña. El libro tiene siempre la apariencia de una escritura sencilla, pero conforme lo vas leyendo llegas a la impresión de que es muy complejo, de que en él se esconden tantas interpretaciones como lectores.
Cada planeta representa un tipo diferente.
Maider: El Principito era el único que entendía al Aviador. Así describe sin complejos sus avances en el dibujo.
Tere: Hace mucho tiempo que lo leí. La primera vez no me gustó. Ahora encuentro muchas cosas. Reconozco que en la primera lectura no me gustó, y ahora lo leo y me sigue influyendo esa primera lectura.
(Patricia manifiesta que no termina de pillar el argumento. Surge la polémica sobre la idoneidad de este libro para su lectura por los niños… ¿Lo pillan? ¿Lo asimilan? ¿O se trata de un libro para adultos disfrazado de un estilo que da la impresión de que está escrito para niños?).
Milena: Mi planeta favorito es el nº 7 (la Tierra). Y me gusta porque tiene mucha gente que convive en él.
Olga: Hay dos páginas que, por lo visto, han aparecido en los archivos, y no estaban incluidas en el libro. Cuenta una de ellas el encuentro con una persona; y la otra tiene párrafos inéditos de su diálogo con el zorro.
Estrella: El Principito es una gran metáfora. Es un libro único. No existe nada semejante. No hay otro libro que esté escrito para niños y para adultos al mismo tiempo. Y además, en tan pocas páginas y con tanta profundidad.
Alegría: Yo también lo leí hace mucho tiempo. Lo recordaba más como la expresión del pensamiento del Principito. Pero además, te vas encontrando a uno u otro personaje y, lo quieras o no, te ves reflejada. Con una u otra cualidad o reacción entras, lo quieras o no, en nuevas reflexiones sobre ti misma. En esta última lectura me he visto más como persona adulta.
Antonio: Cuando habla de las formas de vida aceleradas he pensado que aquí, en nuestra tierra, se vive de forma más acelerada  que en otros lugares. Te vas de vacaciones a tierras del sur y te encuentras con que la gente vive de otra manera. Salvo Madrid o las ciudades muy grandes, solo aquí he encontrado semejantes prisas en las formas de vida.
Se producen diversas intervenciones mostrando opiniones sobre el ajetreo de la vida, sobre las prisas.
Lorenzo: Allá va una pregunta profunda (como de un kilómetro de profundidad): Si en el libro dice que establecer vínculos significa estar domesticado… ¿Estar enamorado/a es estar domesticado?
La pregunta da lugar a un cruce de declaraciones, en el mismo tono de broma, que se intercambian con otras a caballo entre la seriedad y la reflexión divertida.
Estrella: Lola era la pareja de A. de St. Exupery. Algunos amigos, ante la dependencia de ella respecto a él, acusaron al autor de haberla “domesticado”.
Tere: Pero es todo un dilema. Si no aceptas a tu pareja, la relación no funciona. No creo que podamos hablar de domesticación.
Mertxe: Cuando estás enamorada no ves defectos en el otro. Lo ves todo bonito. Luego ya te vas desenamorando.
(La pregunta lanzada por Lorenzo ha generado un largo intercambio de reflexiones y opiniones sobre el fenómeno del enamoramiento).
Lorenzo: El Principito es un preguntón, y con su insistencia, acaba siendo un pelmazo.
Alegría: Hay una cosa que me preocupa y os quiero preguntar. Dice al principio: “…Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de serpientes boas, ya fueran abiertas o cerradas, y poner más interés en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. De esta manera a la edad de seis años abandoné una magnífica carrera de pintor. Había quedado desilusionado por el fracaso de mis dibujos…” ¿Creéis que los mayores pueden desanimar?
Maider: Supongo que depende de cada uno. Por ejemplo, mi madre quiere que no monte a caballo. Y yo sí. A mí me gusta mucho…
Patricia: A mí también me da la impresión de que algunas opiniones tienden a desilusionarte. Yo no he dejado de dibujar.
Katiuska: Tienes razón. Por ejemplo, la danza no tenemos costumbre de recomendarla a nuestros hijos. Solemos desaconsejarlo.
Tere: El amor materno también influye en muchas cosas en la relación y en los consejos que damos a nuestros hijos, en la visión que tenemos de su futuro.
Estrella: Es cierto que queremos dar a nuestros hijos, cuando son pequeños, aquello que les haga más fácil o exitoso el futuro.
Por cierto, me gustaría comentar que, en las traducciones que se han hecho del francés, suelen comentar que la palabra más complicada de traducir en este texto es la que estamos comentando: “domesticar”. En francés es el verbo “apprivoiser”. Podría también traducirse, más o menos como “ocuparse de…”. Pero no existe algo equivalente, con un sentido etimológico parecido. Es difícil.
Mertxe: (en tono de broma). Podemos decir que los profesores también están “domesticando” a nuestros hijos.
Este comentario da lugar a una interesante digresión sobre la herencia y la influencia, y el balance en nuestras decisiones sobre nuestras vidas. Se comenta lo que pueden influir padres y profesores (quién más que quién). Mertxe también plantea si puede haber diferencias generacionales.
Estrella: Yo creo que en lo que más influyeron nuestros padres (en nuestras generaciones), fue en la actitud ante el trabajo.
Javier: Somos capaces de reconocer influencias que nos han ido encauzando más o menos. La familia, profesores compañeros, …
Mertxe: Hay más situaciones de influencias malas que buenas para los niños de hoy.

La tertulia se ha prolongado más que en otras ocasiones. El ambiente es excelente, tanto entre las personas adultas como entre los niños, y aprovechando que se trataba de la última sesión, hemos dejado que se prolongara hasta una hora y media.
Terminamos, nos deseamos un feliz verano, y nos emplazamos para septiembre, para que todos los que lo deseen, aunque en su mayor parte sean familias cuyos hijos terminan su estancia en García Galdeano (pasan al instituto), puedan continuar en un grupo de tertulia que se ha consolidado y ha creado unos lazos muy fuertes y estables.
Finalizamos con una buena merienda, con la que los padres nos han sorprendido gratamente a todos.
¡BUEN VERANO! ¡HASTA SEPTIEMBRE!